viernes, 3 de octubre de 2008

De exóticas forestales invasoras

Hoy pensamos en especies exóticas invasoras y lo relacionamos con plantas escapadas de jardines o introducidas accidentalmente por el hombre. Pero gran parte de nuestra geografía está poblada por otras exóticas que muchas veces no consideramos invasoras. Son las exóticas forestales.
En Canarias se han asilvestrado por su uso estrictamente forestal eucaliptos (Eucaliptus camaldulensis, E. globulus), pinos (Pinus radiata, P. pinea, P. pinaster, P. halepensis), acacias (Acacia salicifolia en Fuerteventura), entre otras. De uso forestal pero con otros objetivos se han plantado también castañeros (Castanea sativa, ver foto), robles, encinas y alcornoques (Quercus robur, Q. ilex, Q. suber), almendros y nogales, principalmente.
Al menos en Gran Canaria estas masas forestales artificiales y exóticas no progresan ganando terreno, pero sí han logrado una estabilidad que, en el caso de las plantaciones de castañeros, y las antiguas de pino piñonero de Tamadaba, parecen ser ya permanentes (ver foto y cf. en Regeneration in a mixed stand of native Pinus canariensis and introduced Pinus pinea species. J.R. Arévalo, A. Naranjo-Cigala & M. Salas Pascual. Acta Oecologica 28 (2005) 87–94.)
Para conocer las causas de estas introducciones vale la pena recordar las opiniones que algunos Ingenieros Forestales de gran peso entre su profesión tenían sobre el uso de especies exóticas en las plantaciones forestales y, en general, de cómo veían su profesión:
“La aparición espontánea de una especie en un lugar, no siempre permite opinar sobre su total adaptación a la ecología del mismo, como tampoco permite su ausencia afirmar lo contrario. Este es el fundamento de la introducción de especies exóticas”

“El concepto especie exótica no debe tener límites políticos sino estrictamente ecológicos e históricos”

“Como en general la variedad de los recursos genéticos existentes en un país suele ser inferior a la variedad de sus medios o de sus nichos ecológicos (por el principio de exclusión, y especialmente en especies de larga vida, a lo más una especie por nicho), o de sus exigencias económicas, la introducción de especies es normalmente una necesidad.”

“Tanto la introducción de especies exóticas como la repoblación artificial en general, pueden y deben tener objetivos ecológicos de excepcional interés.”

Todo lo anterior se extrae de "Espacios y tiempos ecológicos en la repoblación artificial y en la introducción de especies exóticas". 1984. J.M. Montoya Oliver. Comunicaciones INIA. Serie: Recursos Naturales nº 31. Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Impresiona aún más la opinión recogida en:

Discurso Inaugural del curso 1959-1960 leído en la sesión celebrada el día 11 de noviembre de 1959 por el académico numerario Excmo. Sr. D. Luís Ceballos y Fernández de Córdoba. 1959. Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid.

“Este ritmo de la actual vida hace necesario un tercer tipo de selvicultura: empezamos con la clásica, que olvidaba el medio; seguimos con la naturalista, de férrea adaptación al medio; ahora la selvicultura moderna debe actuar sobre ese medio, para adaptarle a nuestras necesidades y a nuestras prisas; sobre ese medio instalaremos las especies de crecimiento rápido, que han obtenido gran predicamento; los estudios de genética, en constante avance, nos ofrecen híbridos y clones cada vez más perfectos y adaptados a nuestras conveniencias; a base de ellos constituiremos las masas, que deben ser repeticiones de ese mismo árbol seleccionado. Dejemos a la naturaleza con sus planes progresivos a largo plazo y no desdeñemos las formaciones más artificiosas, echando mano del abonado, riego y del laboreo del suelo, mientras sean económicamente posibles; masas artificiales y puras, con los cuidados culturales factibles y cortas a hecho para recoger los productos. Vamos al cultivo de árboles, prescindiendo del antiguo concepto que teniamos del bosque.

En nuestras zonas húmedas, tipo de transición al clima atlántico-europeo, no hay que pensar ya en hayedos ni en robledales, los nobles árboles de aquellas selvas que enseñoreaban las sierras, se han hecho anacrónicos, como se hicieron los señores feudales con castillos y extensas posesiones. Del mismo modo que lo que fue palacio del Duque es ocupado hoy por naves fabriles o bloques de viviendas, el que fue señorial dominio de las hayas y de los robles, con arroyos rumorosos y claros de césped matizados de florecillas, se está convirtiendo hoy en almacén de eucaliptos y pinos insignes, a los que se exige dar, con la mayor rapidez, traducidos en pesetas, los jugos que están sacando a las entrañas de la tierra, bajo la vigilanci del técnico; que, si antes era, además de forestal, un tanto filósofo y poeta de la naturaleza, hoy tiene que ser sargento de aquel campo de concentración, donde árboles exóticos están condenados a trabajos forzados”.

Cambien hayedos y robledales por monte verde y escobonales y tendrán el origen de las masas forestales de Pinus foráneos de Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, los eucaliptares de La Gomera, Gran Canaria y, en menor medida, Tenerife. La última frase da hasta miedo. Esperemos que no sea ésta la opinión de los ingenieros forestales actuales.

1 comentario :

Grupo de Conservación. dijo...

Que barbaridad. Gracias a dios que las cosas han cambiado. No se como va la cosa en Gran Canaria, pero aquí en Tenerife hay una política bastante activa de erradicación de esas áreas cultivadas antaño con pino insigne, eucalipto, cipres, etc...y repoblacion con vegetacion potencial de cada zona. Ultimamente he estado subiendo a ver los trabajos que se estan haciendo, y en algunas zonas como la zona alta de Jardina (las Mercedes), donde han sido talados algunos sectores de eucaliptos, da gloria ver como han pegado de bien las plantaciones de monteverde.

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